Cada vez estamos más convencidos de los beneficios que reporta la contabilidad online y los software de contabilidad para Pymes y autónomos que han proliferado en los últimos años. Las cifras que nos aportan las estadísticas cada vez son más preocupantes y para sobrevivir en las condiciones actuales se debe contar con los mejores recursos posibles a la hora de optimizar procesos y ahorrar costes. El hecho de tener las cuentas del negocio claras y de un sólo vistazo, es algo que enriquece sin duda a la hora de gestionar correctamente una pequeña empresa o un trabajo por cuenta propia.

La asociación de trabajadores autónomos (ATA), que lleva publicando estadísticas sobre la marcha económica de sus asociados desde el año 2003, muestra recientemente unos datos preocupantes sobre el descenso de beneficios de este colectivo. En el año 2007 los autónomos tenían de media 13.500 euros anuales de beneficios, mientras que en 2012 la cifra disminuyó hasta los 9100 euros, la más baja desde que ATA empezó a publicar los datos económicos de los trabajadores por cuenta propia. En sólo un lustro la caída de beneficios ha sido de un 33%, por lo que se confirma que los autónomos han sido de los colectivos más afectados por la crisis económica.

Hay una estadística demoledora que indica que ocho de cada diez autónomos no llega a mileurista en la actualidad, en contraposición a los 18.700 euros que ingresaban los trabajadores asalariados anualmente en el año 2012. Sin duda, estos datos nos deberían hacer reflexionar sobre la destrucción de tejido productivo en muchos sectores importantes de la actividad económica española.

Los autónomos representan un 20% de la población activa, más de tres millones de personas, y su negocio o actividad tan sólo le permite sobrevivir a duras penas con horarios de esclavitud y un esfuerzo que no se ve recompensado por las administraciones. En enero de 2015, se prevé la próxima reforma fiscal que ofrecerá algún respiro al colectivo. Se cree que para las rentas de menos de 15.000 euros anuales las retenciones bajarán del 21% actual al 15%. Esto afectará, como mucho, a medio millón de trabajadores autónomos (entre un 10 y un 15% del total) y puede suponer un ahorro anual por trabajador de 720 euros. Una medida interesante pero, a todas luces, insuficiente para evitar la fuerte destrucción de empleo de los últimos años.

Desde 2007 a 2012, el número de autónomos ha descendido alarmantemente. Se calcula que pueden haber sido unos 50.000 los que han tenido que cerrar su negocio o han dejado su actividad económica forzados por la complicada situación económica que atraviesa el país. En el segundo trimestre del año, en Euskadi se perdieron 4700 trabajadores autónomos, un 6,3% menos que en las mismas fechas del año pasado. Asturias es la segunda comunidad que más perdió con un 1,25%. Los sectores que más se han visto afectados son la ganadería,  la agricultura y la pesca. Cantabria, Galicia y Navarra son las otras comunidades que han registrado cifras negativas en lo que va de año en la destrucción de empleo entre los autónomos.

Según el DIRCE (Directorio Central de Empresas), el 90% de las empresas españolas están dirigidas por autónomos o pequeñas empresas, por tanto podemos decir que el 52% del tejido empresarial está gestionado por autónomos, una presencia notable y que no podemos perder de vista.

Los autónomos extranjeros también se han visto afectados por la crisis y han cerrado empresas igual que los trabajadores españoles a excepción de una nacionalidad: la china. De 2007 a 2012 los autónomos chinos crecieron un 55,88%, pasando de  22.295 a 34.753 trabajadores. Unas cifras muy elevadas y que sería interesante analizar dada la coyuntura negativa para el resto de competidores. Las condiciones de trabajo, el tipo de implicación fiscal con el erario público y la generación de empleo para trabajadores españoles del colectivo chino, serían puntos a tener en cuenta a la hora de leer estos datos.

En definitiva, lo que nos dicen todas estas estadísticas es que las pequeñas empresas y los autónomos tienen que ser mucho más eficientes y competitivos que antes y deben contar con todas las herramientas posibles a su alcance para conseguir gestionar correctamente todos sus procesos de negocio, superar las dificultades y hacer mucho más rentables las empresas. Un buen programa de contabilidad para Pymes, o un programa de facturación online como Contamoney, siempre puede ser de gran ayuda para que toda la contabilidad y las facturas estén en orden y el aspecto administrativo esté perfectamente controlado. De esta forma, el empresario sólo tiene que focalizar sus esfuerzos en su crecimiento económico. Esperamos seguir contribuyendo con Contamoney para que los más pequeños puedan defenderse y seguir adelante con ilusión.

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