Cuando decidimos crear nuestra propia empresa, las ideas y los proyectos se agolpan en nuestra cabeza llena de ilusión. Muchas veces es complicado decidir por dónde empezar y esa duda se resuelve con dos palabras: planificación y financiación, los dos elementos claves para los emprendedores de cualquier área.
Lo primero es planificar qué es lo que vamos a producir, cómo y dónde lo vamos a hacer, quienes son nuestros clientes potenciales, cómo vamos a llegar hasta ellos… Son cuestiones que necesitan una correcta planificación para poder dar el segundo paso, la financiación.
Conseguir la financiación suele ser el punto más complicado en los inicios de cualquier empresa pero cuando existe un buen plan de negocio para hacer rentable tu idea, encontrar inversores puede ser más fácil. Si ese es tu caso, no olvides que debes presentar un proyecto de forma atractiva, dinámica, que incite al lector a hacer números para ver esa futura rentabilidad y sobre todo, debe ser preciso y contundente.
En estos casos, lo mejor es acudir a los expertos que tienen entidades como las Cámaras de Comercio o las Asociaciones de Empresarios, y asistir a cursos formativos para emprendedores, en los que resolver nuestras dudas y plantear las carencias que encontramos. Ahora, en época de crisis, este tipo de iniciativas presentan mucha variedad aunque no debes olvidar, que al final, eres tú quien debe tomar la decisión.

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