Una de las fórmulas más sencillas que tenemos para ahorrar unos euros es a través del banco. Hasta ahora, cuando contratabas una cuenta siempre se miraba el interés que daba el banco por tus ahorros pero en los últimos tiempos han florecido las tarjetas de crédito o las cuentas corrientes que devuelven entre el 1 y el 5% de las facturas domésticas.
Algunas de esas cuentas permiten ahorrar unos euros de facturas como la luz, el agua, el gas, el teléfono móvil y el fijo. Las hay aceptan el gasto en internet e incluso la tarifa de los colegios profesionales. Es una forma de ahorrar unos euros pero los bancos son aves de rapiña que no dan nada gratis.
A cambio, las entidades bancarias suelen pedir que domicilies tu nómina. También debes controlar que la nueva cuenta corriente no tiene gastos de mantenimiento, que la tarjeta que te permite ahorrar carece de comisiones de emisión, renovación, o sí tiene un límite de consumo mínimo para ser gratuita. Debes comprobar que las transferencias a otras cuentas u entidades son gratuitas.
Las entidades bancarias popularizan cada vez más estas opciones en detrimento de aquellas opciones donde el ahorro reporta cierto tipo de regalos, que van desde la tradicional batería de cocina al televisor de última generación. En estos casos, la cifra a aportar suele ser más importante o conlleva mayor tiempo de permanencia en dicha entidad bancaria.
En cualquier caso, no olvides que tus ahorros pueden darte dar un dinero extra.

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