Cada día estamos más enganchados a la tecnología. Hace diez años, el móvil empezaba a tener presencia en nuestras vidas de forma cotidiana pero simplemente para hablar. Nadie podía pensar en navegar por internet, en ver la televisión en él, consultar el correo y mucho menos que las teclas fueran sustituidas por una pantalla táctil.
El progreso consiste en renovarse. Hace poco entrevistaba a un joven programador informático que ya no tiene interés por los ordenadores porque le vaticina 10 años de vida. Para él el futuro está en el móvil, en el desarrollo de aplicaciones porque es un mercado por explotar y donde la imaginación no tiene límites. Y porque, sencillamente, llevaremos todo, y siempre, en el bolsillo.
No debe estar desencaminado cuando en España, donde hay 12 millones de smartphones, se descargan un millón de aplicaciones al día. La media por teléfono es tener unas 20 aplicaciones descargadas. Los programadores españoles han creado más de 20.000 aplicaciones, de las que un 70% han sido para iOS. Además, el 70% de las mismas han sido creadas por desarrolladores independientes.
Puede ser un mercado saturado pero nada más lejos de la realidad. Han intentado descargar aplicaciones en español para sus hijos. Los usuarios de Apple lo tienen un poco más fácil pero ¿y los de Android? o ¿Windows?. Misión casi imposible, apenas existen.
Y si el futuro es renovarse, dentro de poco se popularizará las llamadas Smart Televisiones, es decir, las televisiones conectadas a la red. Marcas como Samsumg, Sony y LG ya las tienen en el mercado. Lenovo acaba de presentar en Las Vegas un modelo que da acceso a la Android Market. Es decir, se abre un nuevo mercado para la creación de aplicaciones para “tunear” nuestra televisión.
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