Lo cierto es que el calorcito del verano esta a la vuelta de la esquina y nuestro consumo se dispara porque el buen tiempo nos levanta el ánimo. El aire acondicionado, más duchas para combatir el sudor, vacaciones, las cañas y tapas nocturna… son actividades que pueden darnos un disgusto a fin de mes.
Si tenemos un aparato de aire acondicionado o vamos a comprarlo, debemos mirar su calificación energética y que su capacidad se adapte a nuestras necesidades de espacio porque no siempre el más grande y caro es mejor. Además, suele ser mejor que se mantenga encendido a una temperatura agradable a que esté arrancando y parando constantemente. Nuestra factura de la luz lo agradecerá.
Utilizar la ducha para combatir el calor siempre es una buena solución, pero no debemos olvidar de instalar cabezales de bajo consumo, que meten más aire en nuestro chorro de agua, y nos permiten ahorrar unos litros. Ahora también hay grifos digitales que regulan automáticamente la temperatura a la que queremos ducharnos y, aunque de inicio resulten un poco caros, pueden ser una buena opción porque también lo podremos usar en invierno.
Planificar las vacaciones siempre tiene ventajas. Si ya sabemos las fechas en las que disfrutaremos de ellas, debemos aprovechar los descuentos que ofrecen los hoteles, casas rurales y compañías de viajes, por reservar con anticipación los viajes. En algunos casos llegan hasta el 25% y, si viajamos con niños, mirar las ofertas de los hoteles, puesto que algunos ofrecen hasta el segundo hijo gratis, o con un fuerte descuento.
Son pequeños detalles que nos ayudarán a ahorrar unos euros.